Desde hace días que la veo rara. Más flaca,más pálida,con los labios reventados de tanto frío y de tanto mordérselos. Tiene unas ojeras inmensas,pero le brillan simpático los ojos. Las mechas revueltas,los dedos en la boca: el respirar ansioso,las manos temblorosas le delatan los planes. Y aunque no quiere,sonríe.
Esa mujer del espejo está cambiando.
Esa mujer del espejo está cambiando.