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14/4/12

Desconfío
de todos los abrazos
porque en su secreto
calor
se esconde la asfixia

Todos los caminos
me traicionan
porque ninguno
me dice adónde ir

Amo
lo que tengo
pero anhelo
tenerlo más

Perdida
entre los rostros
alegres
solitaria

Soñando
sueños en blanco
y durmiendo
noches en vela

Caminando
a a deriva
con la inercia
entre el humo

Vivo
con un día de aire
y cinco
de oscuridad

18/3/12

Me sofoqué tanto que casi salté al bus. Era necesario, era de vida o muerte. La cabeza me daba vueltas, tenía sabor a bilis y olor a vómito en la camisa.  Estaba llorando. El perro estaba muerto. Le tiré la cora al cobrador, la última que me quedaba. No me pude sentar; los edificios, la gente, los otros carros corrían,  se perdían en las ventanas polarizadas y se escondían entre las cabezas de los pasajeros, que me miraban, pero no preguntaban.

Me estaban matando al perro. A puros vergazos. Me dijeron que el perro se tenía que ir, que me lo habían aguantado mucho tiempo, pero que mucho ladraba, mucho se les acercaba. Y que no se les daba la gana verlo. Ese fue su gran pecado. Cuando llegué estaba sucio y lleno de sangre, el pelo perdido en la polvareda, las patas quebradas, la panza deshecha, chillando. Me le tiré encima y aguanté las ultimas patadas. Ellos se fueron, carcajéandose. 

No debía, pero tenía que -y quería- irme. Me agaché, lo acuné con mis brazos y lo despedí a mi manera. Nos cayó encima el ruido de la calle. Nos cayó encima la tarde. 

Ahí quedó, enterrado atrás de la construcción, entre el ripio y la tierra. Ahí quedó.

No hay nada para amar aquí. Todo se desliza entre el asfalto.

No sé adónde voy. No sé por qué o por quién lloro. No conozco a esta gente, pero no quiero que se vayan. Estoy perdido, pero sé dónde estoy. Lo que no sé es si voy a alguna parte. No a una que yo quiera. No quiero nada. Pero quisiera quererlo. 

Pude haberme quedado ahí, pero no pude. Me tenía que ir. Me iba a morir si no. Aunque esto es casi como estar muerto. No era el perro, era todo. Y era lo último.

Era lo único que quedaba, pero, ¿quién se aferra a los muertos?


11/2/12

Todas las hojas te persiguen
estas paredes gritan tu nombre
Pero no pueden con vos.

21/11/11


No corremos de la lluvia
Ni esquivamos a la calle
todas las horas persiguen
a los hijos del alambre

como lobos de la tarde
esperando

Buscamos un cielo entero
de placeres y delicias
por consuelo y providencia
tuvimos malas noticias
 los manteles de mañana

son meros sueños
paseando

Las mujeres cosen trapos
los tejados, su hastío
Como mueren las criaturas
mueren las ganas de frío
la muerte se vuelve una suerte
lenta, doliente

al calor de la lumbre
acechando

Nadie nos dijo que acá
podían matarnos los brazos
o podían cortar almas
repartirlas a pedazos
pero los muros vigilan
dicen que los tontos vuelven
y aquí estamos
penitentes

de entre la mierda y los dientes
regresando


Quisiera navegar en tus planicies
blancas, etéreas, eternas
y recorrer tus caminos lentos

conocer tus desiertos infinitos
dorados, plenos de luz,
respirarte entre el viento de tus llanos

Quisiera olvidarme de tu rostro
confundir tus atajos
adentrarme en tus hojas

perderme en tus desiertos infinitos
en su extension pura, transparente
en sus arenas vastas y tersas

Quisiera perder el mapa
desdibujarte el camino
y equivocar por siempe el rumbo

amarte en tus desiertos infinitos
vaciar tu noches a mañanas
y nunca despertar de tus auroras

3/9/11

Viene bolo, otra vez. Es de por gusto: diga lo que le diga no entiende. Que si el dinero, que si los vecinos Por la gran puta, ya viene ésta a joderme. No me acuerdo donde dejé las llaves. Si se callara esta pasmada me podría acordar, porque todo lo que escucho es "Venís bolo, otra vez. Ni que tuviéramos dinero para estarlo gastando. Y encima los vecinos Se están enterando, de todo el escándalo, por Dios. La última vez llamó la señora de la par, que no la desveláramos. ¡Y este desconsiderado, estúpido, maleducado...! Y sólo me mira como si mía fuera la culpa, como si no fuera Ella es la que me desconcentra, yo sé que no debería estarla viendo a escondidas de ésta, que estamos casados, pero carajo. Carajo es todo en lo que puedo pensar. ¿Quién puso ahí la silla? De todos modos, es más bonita y entretenida que la mujer que Dios y la mala suerte me dieron. Uno es tonto de joven, nadie le dice que el amor no existe, nadie Le dice a una, que se casa ilusionada y con ganas de criarle los hijos al hombre, que lo más cerca del cielo que va a estar es cuando baje los focos quemados del cielo falso. Que sí, que el amor; a ver cuánto amor queda cuando vienen las cuentas y los hijos y la oficina y el mar humor y las "gracias" de cada uno. Si sale niña, juro que le voy A romper la jeta a esta mujer si no se calla. ¡Ya me tiene harto! Y después dice que porqué uno no pasa en la casa, si a que lo jodan viene uno. Hecho mierda de trabajar, voy a descansar un poco, y la mierda de mujer que me espera, cacerola en mano y sin querer darme agua, ni Y ahora, lo de siempre: que mía es la culpa, que todos los males son mi culpa, que soy una amargada, una idiota y una Pendeja debería decirle, a esta cabrona; como que yo no le pago la mierda con la que se pinta el hocico y el carro con el que ha de andar de culo contento para arriba y para ¡Ah no! A mí este hombre no me va a mangonear: muy su esposa pero no soy idiota. Piensa Que algo debe de andar oliendo esta, para que me salga tan digna y emputada, ojalá que no la haya regado con Y no le importa, él sigue siendo el rey de la casa, el Callate, idiota, dejame terminar de llegar, que no ves que Como que no sé que ahí anda con la otra, como que soy ciega. Como que no me he fijado.
Si nunca tuvieron el frasco vacío en las manos, no lo entienden. Si no tienen cicatrices en las muñecas, no lo entienden. Si nunca eligieron respirar en el último momento, no lo entienden.

No entienden de qué va esto.